“Invisible” el trabajo de las mujeres rurales
19/12/2015
SIE7E |
LENNYN FLORES
La participación de la mujer en la vida económica de Chiapas pasa desapercibida. No es que no trabajen, sino que su participación en trabajos de producción, aunado a otros asignados como “función social”, no se pueden cuantificar en las cifras oficiales: es el “trabajo invisible”.
Al respecto, María de los Ángeles Mendoza González, docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) Campus Chiapas, dio a conocer un estudio de equidad de género realizado por el Centro de Estudios para el Adelanto de la Mujeres y la Equidad de Género, perteneciente a la Cámara de Diputados, donde se destaca la presencia del 51 por ciento de las mujeres en el sector rural, ocupando así el segundo lugar con esta población a nivel nacional, después de Oaxaca.
La investigación señala que existen 270 mil parcelas en Chiapas, de las que un 12 por ciento pertenece a mujeres; es decir, unas 33 mil campesinas son dueñas de una parcela particular, mientras que otras menos afortunadas, aunque participan en la producción de cultivos como flores, hortalizas, maíz, frijol y café o en labores artesanales, el costo de su trabajo no se incluye en el precio final de los productos; debido a que aún se considera que es “su deber” realizar estas labores, sin recibir ningún pago.
“El precio de estos productos no se consideró incluir el costo del trabajo de la mujer porque se considera que debe apoyar, ya sea a la comunidad, al ejidatario y lo peor es que tampoco se incluye en los datos oficiales; entonces, cuando vemos por ejemplo una estadística del ENOE, el INEGI o de la STPS, siempre vamos a encontrar datos referentes a población inactiva o desocupada, porque tan sólo el trabajo del hogar no se considera, cuando realmente es un trabajo, la diferencia es que no se está recibiendo un trabajo.”
En tanto, la investigadora puntualizó que a veces, las mujeres no tienen acceso a programas de apoyo por su condición de género, dado que mientras a los hombres se les dan instrumentos agrícolas como herramientas de trabajo, tractores; entre otros, a las mujeres se les limita a la entrega de un paquete de animales de corral o insumos para la siembra de hortalizas.
“Se considera que sólo se le da esto para su autoconsumo, no para que produzcan para comercializar o para que su producción resulte a largo plazo un medio de vida para ellas y sus familias; son tipos de políticas públicas paternalistas, se necesitan más de carácter integral,” finalizó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario