Desigualdad por género 2018

Desigualdad por género 2018

Dra. Ma. De Los Ángeles Mendoza González

Las mujeres continúan estudiando carreras universitarias que son consideradas tradicionales, conforme a datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, en 2017 la matrícula de estudiantes por género y área de estudios es la siguiente:

Educación 74.6% mujeres y 52.4% hombres;  Salud 66% vs 34%, Ciencias sociales, admvas. y Derecho 57% vs 43%; Artes y humanidades 56% vs 44%. Mientras que los datos se invierten para Ciencias Naturales, exactas y de computación con 41.2% vs 58.8%; Agronomía y Veterinaria 35.8% vs 64.2%; Servicios 31% vs 69% e Ingenieria, Manufactura y construcción 27.3% vs 72.7%  

Por otra parte,  el Estudio de Desigualdad 2018 del Colegio de México, establece que  el  87.8% de los hombres participan en la economía, en comparación con sólo 69.3% de las mujeres.  Hay 80 veces más mujeres que hombres cuya ocupación principal son los quehaceres de su hogar, razón que aumenta a 89 en las ciudades pequeñas. 

Por lo tanto,   las mujeres que tienen oportunidad de estudiar una carrera universitaria no la ejercen,  20%  (más de un millón), no utiliza sus conocimientos en algún trabajo remunerado, puesto que se dedican  a las labores del hogar.

Otros datos muestran que únicamente 38% de la fuerza laboral mexicana es femenina (oecd 2018). Mientras que el promedio de la oecd es de 44%, por lo que  aproximadamente 6 millones de mujeres trabajadoras tendrían que incorporarse a la fuerza laboral para llegar a ese promedio en México.

Aunado a estos datos, es importante mencionar que los salarios y condiciones de trabajo para mujeres en algunos casos es menor que los salarios para hombres.

De este modo, es necesario reflexionar acerca de la importancia de la equidad en la distribución de las labores del hogar, los integrantes de la familia deben contribuir a las mismas y permitir que las mujeres puedan tener oportunidades laborales conforme a sus aptitudes y conocimientos. Lejos ha quedado la frase de que "estudie mientras se casa". Por el contrario, el trabajo femenino debe fortalecer los ingresos del núcleo familiar, repercutiendo en relaciones familiares exitosas.

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